Chapter One. Mesenkima

No recuerdo cómo es que me entere pero supe que el famosísimo cantautor Armando Manzanero estaba en Morelia para inaugurar una academia de música Yamaha. Como andaba de meloso y romántico en aquel entonces con mi novia disfrutaba de las baladas creadas por ese gran autor y no dude en ir a verlo.

Se presentaron de forma gratuita en el teatro Morelos unos 12 alumnos o exalumnos de la academia Yamaha del DF para tocar una serie de piezas en teclado, las cuales me parecieron muy pero muy aburridas, y finalmente invitaron a Armando Manzanero a subir a tocar el piano.

Es curioso ver la reacción del público ante un hombre como Armando Manzanero. Es un sujeto que en cualquier otro contexto te inspiraría gracia o lastima ya que es un sujeto muy pequeño, muy moreno, con una voz muy aguda y suave. Sin embargo escucharlo tocar piano y algunas de sus canciones más famosas, fue una experiencia muy interesante. No tiene la gran voz y sus canciones son relativamente simples, sin embargo con ellas logra capturar la inocencia de un romance sincero, y por ese motivo es que aquel hombre es un genio.

Claro que eso no es el tema, aquí pero esa fue la primera vez que supe de la Academia de música Yamaha. Y después de escuchar ese concierto, pensé que sería buena idea volver a tomar clases de bajo. Finalmente no tenía nada que perder, y todavía tenía ganas de estar en alguna banda que levantara aunque sea poquito y seguramente paseándome por una academia de música sería fácil encontrar personas con las que pudiera hacerlo.

Sin embargo, procrastiné y se me paso la fecha de examen de aptitudes por lo que entre como 3 meses después de la apertura de la academia en un grupo de principiantes totales.

Para este entonces yo ya había escuchado a los mejores bajistas de la historia y del presente como Victor Wooten, Jaco Pastorius, Miller, Bailey, etc. Pero nunca había visto a alguien tocar como ellos, y mucho menos me imaginaba que alguien en la ciudad pudiera hacerlo. Mi maestro Pepe Melena. Desde que conoci a ese maestro aprendi como se le puede hacer para presumir en el bajo dando la impresión de que solo te dejas llevar. La estrategia es muy simple:

1. Enseñale a alguien una técnica de bajo, una cosa sencilla.
2. Espera a que tus alumnos puedan replicarla.
3. Ahora diles: “Miren, si siguen practicando estos ejercicios pueden tocar algo asi”.
4. SLAP THE SHIT OUT OF YOUR FUCKING BASS STRINGS FOR JUST 10 SECONDS.
5. Watch as jaws drop.

Tambien empleaba otras estrategias algunas de las cuales eran menos obvias, pero fuera de ser un gran bajista Pepe Melena es un gran maestro, en pocas semanas yo había subido muchísimo mi nivel en el bajo, gracias a sencillos ejercicios que de verdad te ayudaban a mejorar tu técnica, pronto ya veía las canciones de los Red Hot Chili Peppers como facilonas en su mayoría, y empecé a mirar más allá.

En ese entonces no era una locura para mi pensar que le iba a echar ganas para sacar canciones de Victor Wooten, Pastorius, etc… Incluso en mi cúspide saque en bajo eléctrico la suite para chelo de Bach. Y la tocaba muy bien.

Sin embargo, aunque mi técnica incrementaba, me costaba trabajo dedicarme un rato justo a la composición, y aunque a veces tenia ideas buenas, me di cuenta de que solamente estaba imitando cosas que oía en otras partes, por lo que lo abandonaba constantemente dada la frustración que implica creer que creaste algo, solo para darte cuenta que lo plagiaste inconscientemente.

Mi grupo era de principiantes y estaba compuesto según recuerdo de un sujeto que era mejor que yo, uno que era malón y distraído, y un niño de 6 años que no tenía idea de que hacia ahí y solamente estaba alentando la clase. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga y ese niño sirvió en mi vida como un sujeto al que pude venderle mi bajo Coral que nadie jamás podría querer ya que es de terrible marca y calidad. Solo un absoluto novato como él lo aceptaría, y así fue que vendí mi primer bajo en un precio casi igual al que lo compre. Después de que le vendí mi bajo a ese niño, nunca más regreso a clases.

Finalmente y como todos ya lo saben y veían venir la secretaria Daisy nos anunció del famoso concurso Yamaha de bandas. Dado que la escuela era nueva y solamente se conocían los alumnos que tocaban el mismo instrumento, la dirección tomo la decisión de armar bandas “a la fuerza”. Por lo que echaron a todos sus alumnos en una rifa y los juntaron con los alumnos de otros salones.

Si usted cree que tuve suerte estaría en lo correcto, porque sabe el resultado final, pero cuando conocí a mi banda a la fuerza mi impresión fue exactamente lo opuesto.

Al llegar me encontré con el que sería el guitarrista de mi banda. Se trataba de un sujeto con una playera de una rata blanca (en honor a la banda por supuesto) que abarcaba todo su delgado torso. Estaba usando un cinturón con una hebilla de caballo. Así es, una pequeña cabecita de caballo asomándose en la peculiar hebilla de este muchacho. Lo más curioso es que al final de ver le resto de mi banda el me parecía el menos peor.

Llego después el que sería el maestro coordinador de la banda, un sujeto muy entusiasta llamado Raúl que se mostraba muy emocionado al respecto de la idea mientras nos platicaba lo que el sabia del concurso, esperamos a que llegaran más personas. Después me enteraría que él es probablemente el baterista más exitoso de la ciudad y que su nivel da para el género que sea con quien sea.

Entonces llego un niño. Moreno. Muy muy niño y chico… Tímidamente me saludo y me presente con el y el seria el baterista de la banda. Un niño. Entonces teníamos un naco y un niño en la banda, y un maestro entusiasta. Esperábamos solamente al tecladista de la banda, cuyo nombre era de mujer.

Eventualmente llego … una … señora. Una señora de unos 50 años llego al salón de clases y se presento con todos. Un naco, un niño, una señora y un maestro entusiasta. Me di cuenta de que había tenido la peor de las suertes. La peor por mucho.

Para el concurso Yamaha se decidió que se tocaría un cover que no contaría, y se crearía una canción original. El naco propuso tocar una canción de Rata Blanca. El niño propuso tocar Sweet Child of Mine de GNR. Yo propuse tocar Around the World de los peppers y la señora quería tocar “Corazón de Niño” de Yanni. LOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL. Señora si algún dia lee esto por favor déjeme decirle lo siguiente: Corazón de niño no se puede tocar en una banda de con batería, bajo y guitarras eléctricas, y más aun: usted que seria la pieza clave NO LA PODRIA TOCAR JAMAS!

Por consenso general y un nod de la señora se decidió tocar Sweet Child of Mine que ahora mismo estoy escuchando. Aunque no es una canción de bajo lucido, tiene un bajo muy característico y diverso, que me hicieron quedar contento con el de inmediato.

Me fui descontento a mi casa, había sido un desperdicio este concurso, una banda con un geek bizarro como yo, un naco, un niño y una señora jamás se podría levantar.

Al llegar a mi segundo ensayo, solamente había ido el niño baterista y el maestro. Me lamente porque me imagine que iba a tener que aguantar el lento aprendizaje del niño de una canción que seguramente le sería demasiado complejo y que yo había sacado en un 95% en una semana. Y no. El chico había sacado más o menos lo mismo que yo de la canción, y en si lo único que nos impidió tocarla fue la carencia de una guitarra ya que esa rola tiene una guitarra muy pero muy importante.

La señora desapareció gracias a Dios. Pero el guitarrista naco regreso, y pues ya no fue tan raro después. Y también saco la casta y rápidamente sacamos la rola cover. Sin embargo GNR tiene dos guitarras, por lo que el niño baterista decidió invitar a su hermano que tocaba guitarra a la banda para que pudiera hacer los acompañamientos correspondientes.

Para la rola original, tomamos como base una canción que ya tenía el guitarrista de aspecto naco, y tal vez la habríamos tomado completa a no ser que a la mitad se convertía en un desorden total que no se entendía para nada. Desde esa mitad en adelante tratamos de construir algo para poderlo tocar, pero no tuvimos éxito, durante meses ya que pegarle algo ahí a esa canción era muy difícil sobre todo porque no teníamos nada de experiencia en composición.

Varias de las bandas que se crearon a la fuerza jamás existieron debido a que se separaron o sus integrantes ni siquiera se interesaron por el concurso, pero quedamos 4 bandas. Escuchaba a las otras bandas tocar sus canciones originales y covers y veía que de alguna manera estaban más avanzados y creativos que nosotros.

El día antes del concurso, aun n o teníamos completa la canción y hubo un ensayo de sonido general para ajustar audio. Al escuchar a las otras bandas me di cuenta de que no íbamos a pasar a la siguiente ronda, vaya ni siquiera habíamos terminado la canción. Antes de irme esa noche a mi casa, el niño baterista y su hermano acordaron terminar la canción a como diera lugar. Y nos veríamos ahí para ensayarla a las 10 de la mañana.

Cumplieron su promesa, pero el final de canción que habían creado eran riffs sumamente sencillos. Ya sin nada que perder le dije a David que hiciéramos un solo de bajo y batería. Así que embarre unas cuantos slaps a lo menso, y los repetí 8 veces mientras el niño baterista tocaría algo detrás de ellos. Después de eso se repetirían los riffs sencillos y la canción habría terminado. La tarea del naco era de solear durante todos esos riffs sencillos para que la canción se escuchara vistosa.

Entonces fue que Daisy nos avisó que teníamos que decidir el nombre de la banda y de la canción. De inmediato yo dije: “Mesenkima”. A nadie le gusto.

¿Que es mesenkima se preguntan? Mi novia tomaba el curso de embriología de su primer año de medicina y una vez viendo sus libretas vi algo llamado células mesenquimatosas. Estas son algo así como las células no diferenciadas antes de decidir si se hacen células de ojo, de páncreas, de dedo o lo que sea. Soy un sucker para palabras raras que se escuchan bien raras, así que en cuanto la oí sabía que sería el nombre que propondría para la banda.

Como a nadie se le ocurrió una idea mejor, y yo nunca me calle con mi idea de llamarnos Mesenkima, finalmente me concedieron el gusto. El premio de ganar el concurso era un viaje a Japón. Como ninguno de nosotros pensábamos que podíamos ganar dado lo precaria de nuestra canción, decidimos nombrar a la canción “No iremos a Japón”.

Esa tarde fue el concurso. Era la primera vez que tocaba ante un público, pero como de alguna manera no me sentí aspirante a ser ganador, me sentí muy relajado, y toque con mucha tranquilidad. Primero tocamos Sweet Child of Mine la cual pienso que nos salió impecable. Después tocamos “No iremos a Japón” la cual fue… interesante. A la hora de llegar el solo de bajo, me ámense bien feo y empecé tocándolo todo por todos lados, como nadie lo conocía, nadie pareció darse cuenta, menos aun porque después entro el solo de batería de niño baterista a cubrir mis slaps con un poder que impresiono a todos aquellos que fueron esa vez.

Pues evidentemente no ganamos. Nuestra canción era una cosa bien simple y las otras bandas, habían tomado como base o más que una base una canción creada por el maestro que los apoyaba, mientras que el maestro que nos apoyaba solamente lo vimos unas 5 o 6 veces en un periodo de unos 4 meses, y nunca nos apoyó directamente, solo nos daba frases optimistas y de confianza.

Ganaron los Ice Angels que llevaban a Daniel. Y el bajista malón de mi salón… Después me enteraría que Ice Angels gano el segundo lugar nacional, lo que me hizo enfurecerme aún más porque un bajista claramente más malo que yo había tenido más éxito.

Esa tarde me despedí de niño baterista, su hermano y el guitarro naco, Juan pues. Y AH! Jaja. Olvide que en algún momento y sin ninguna razón una tipa que niño baterista apodo la “Tabla de Surf” se integró a la banda y tocaba los teclados… Pero les aseguro que es una cuestión completamente irrelevante.

Niño baterista dicen que lloro porque no ganamos esa vez. Yo la verdad me sentí triste, y pensé que lo mejor que me podría pasar es tener más suerte el próximo año a la hora de que repartieran bandas. Si me awite esa vez. Lo acepto, pero ya estaba muy cantado que no íbamos a ganar. Era un hecho, la verdad.

No supe de niño baterista, su hermano, juan, tabla de surf o el maestro entusiasta por varios meses y seguí tomando clases en la academia Yamaha. Pensé que no los volvería a ver y que si los vería o me invitaban a una banda con ellos no aceptaría, porque no habíamos creado nada juntos, seguramente nunca lo haríamos y no tenía caso echar en saco roto.